28 abril 2007

HOY NO QUIERO PENSARTE

Hoy no quiero pensarte.
Abjuro de mi fe. Me vuelvo atea
de este dios que me ata a tu cintura
con amarras de sangre enfebrecida.

Encadeno el instinto. Lo amordazo
antes de que pronuncie las palabras
para llamarte una vez más. Renuncio
a tu olor, a tu tacto, a tu recuerdo
impreso en cada poro, en cada gota de sudor.

No te pienso. Ya no.
No tiene sed mi lengua del agua que me ofreces.
Tan solo un leve rastro de memoria
da fe de que existías ayer:
¿Ayer? No lo recuerdo

Me rebelo. Rechazo
la idea de pensar en tu carne de fuego
palpitando en mi vientre,
áspid sobre mi pecho, alacrán en mi boca.

No te pienso ya más.
Mi voluntad es fuerte.
Más fuerte que ese hueco en las paredes
del corazón,
ese vacío pétreo, esa angustia
que se solidifica hasta volverse fósil.
Más fuerte que tus brazos
de niebla y humo azul, color de olvido.

No estoy pensando.
No estoy. No pienso. No.
Cerré la puerta y ¿ves?...

Ya no te pienso.

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