28 abril 2007

CREDO



Creo en Dios,
pero solo si lo veo
en la vasta armonía de la Vida.
En lo pequeño de las cosas pequeñas.
En lo inconmensurable de las grandes.
O más cerca:
en la manos generosas
que ofrecen sin pedir
y reciben abiertas.

Creo que el Mal existe,
porque he visto de cerca sus colmillos
y su negra cosecha de ira y miedo.

Creo, también,
que el Cielo está
en unos ojos que miran sin hambre,
y el Infierno en el hambre de unos ojos
que miran a la Vida
y ven la Muerte.
Que el Amor es un faro
alumbrando la vida que cruzamos,
y el Odio un desperdicio
prescindible.

Creo en el Hombre
que se sabe incompleto
y busca las respuestas sin rendirse.
Y en la Bestia que habita
nuestro lado más negro,
dispuesta a devorar la luz que teme.

Creo
que cada gota de Tiempo es un milagro,
y muchos lo desprecian,
sin abrirlo siquiera.
Que hay Bocas
que merecen ser mudas de palabras,
pero también Palabras
que no merecen morir en las bocas.

Creo en la Risa que cura,
pero no en la que hiere;
en el Llanto que limpia,
pero no en el que ahoga;
en la Luz que ilumina,
pero no si deslumbra;
en la Sombra que vela,
pero no en la que esconde.

Creo en Ti,
y te acepto, con tu dulce y tu amargo.
Como yo, constructor de tu propio destino.
En tu palabra abierta
porque sé que no puede engañarme tu boca
más allá del engaño de mis propios sentidos.

Creo en Mí,
que soy fruto de mi propia cosecha;
que maduro y persigo
mi futuro imperfecto;
que me sé Libre y Cierta,
Elemental y Viva,
criatura del Todo y, como el Todo,
Eterna.

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