29 abril 2007

PORCELANAS



Lucen, altivas, en lujosos salones
-frágiles porcelanas
eternamente jóvenes-
su delicada piel de cristal de Bohemia
sin arrugas
y sin imperfecciones.

Rosas talladas, que no tienen aroma
propio, y se compran
con oro de papel
para exhibir a la mirada ajena
en cámaras estancas
donde nada
pueda dañar su belleza aparente

Muñecas huecas de sí mismas,
vestidas con azules desencuentros,
polvo blanco y ceniza
gris, rellenan el vacío,
apagando los ecos
de lágrimas sin agua,
enmudeciendo el alma quebradiza

Y mañana, una grieta
irremediable y larga,
convertirá en arena su diamante,
la arena en lodo,
el lodo en mugre y cieno,
deshechas
serán sólo olvido cierto.


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