29 abril 2007

AUTÓMATA


A la luz de la luna que navega
imperturbable y fría, indiferente,
con resplandores blancos,
ella abre el cajón del pensamiento,
extrae las palabras que atesora,
las pesa, las coloca, las ordena
en renglones medidos y cuidados.

¿Llora? No. Sólo observa
las ideas ardiendo en las esquinas,
peligrosas esquirlas de metralla
sentimental, lesiva como dardos,
letales, como dosis de cicuta.
Cuidadosa, despacio, las sujeta
firmemente en los dedos, sin temblores
y serena, retira la espoleta.

No arderán más las brasas apagadas,
no estallarán corazones heridos,
egos eviscerados o dolientes
mutilados en guerras de pasiones.
Pero a los ojos del mundo que observa
ignorante del peso de las sombras,
será tan sólo el autómata frío
que desactiva sin alma las bombas.



No hay comentarios: