Sol.
Amarilla serpiente en las baldosas
blancas.
Una lámpara ciega,
funámbula atrevida al filo de la mesa;
Un reloj:
Manecillas
inquietas corredoras de esperas.
Tus zapatos sin pies
y mi ropa descalza.
Sobre la colcha, crecen
en jardines sin sueño
flores de carne,
bosques
de pieles erizadas
Fuera
donde la luz se declara la dueña
un naranjo
sin oro, buhonero de verde
pregona sus racimos de blancos azahares
En la cal de los muros la buganvilla quema,
lamiendo las esquinas de una calle sin nombre.
Sol.
Amarilla serpiente en las baldosas
blancas.
Como él
tú te vas deslizando
en mi cuerpo de sombra.
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