29 abril 2007

CUALQUIER PALABRA SIRVE

A veces cualquier palabra sirve
para que tú me llames,
sin importar lo oscura,
lo clara,
o el perímetro exacto de sus letras

Sé que es mi nombre. Vibra
en la frecuencia larga que nos une
salvando los kilómetros,
los meses,
las murallas de sal y las tinieblas.

Incluso, en ocasiones,
cuando distancia y tiempo son anillos
de comienzo y final indescifrable
sólo pensarlo basta:
Oigo
el silencio rozándote los labios,
entonces, letra a letra
-tinta de agua en el folio del espejo-
sobrescrito aparece por el vaho
uno de los mil nombres del deseo.

Algunas veces cualquier palabra sirve
para que tú me nombres sin hacerlo.

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